Colaboran: @emilio428665565 @enora_d @SPerizN50 @Andres8342 @misletrasnuria1
Intentar coger mi pluma
provoca temblor en mis
manos que quedan vacías
por veredas de mundos
imaginarios de los que
no logro regresar.
Es el ahogo que siento
cada vez que mi mente
se queda en blanco y
siente que el alma se
llena de soledad.
La remembranza que cubre
mi dorado silencio se
escapa de la tristeza que
rompe el alma cuando el
poeta no se logra inspirar.
Las páginas quedan huecas
de inspiración, de versos y
de llanto que provoca la
desazón, cual purpúreo recuerdo ripea sin razón.
Momentos de amargura, humillaciones y vergüenzas varías que me vienen a la mente y no consigo evitar, produciéndome un dolor interno que dificulta tener la pluma entre mis dedos. Ni tan siquiera la música puede apaciguar la frustración y el desasosiego que me corroe por dentro. Miro por el ajimez de mi aposento y me parece ver el entorno oscuro, aún siendo pleno día. Ya dudo si soy yo o es mi inspiración la que ha muerto definitivamente, pero no me he de rendir, soy poeta y he de encontrar una solución a esta amargura, esta mente en blanco que me impide escribir. Pero, ¿Cuál? ¿Cómo? El insomnio se ha acomodado en mi almohada, me ofrece libros con olor a tinta envejecida y los fantasmas hambrientos se sientan a los pies de la cama.
El batir de unas alas llaman mi atención y con paso apresurado me dirijo hacia el ajimez. Una lechuza de bello plumaje descansa en la cornisa
y sus grandes ojos
enmarcados por el aro de plumas
que rodean su cara en forma de corazón
brillan en la oscuridad. Hipnotizado por su mirada,
esbozo sus majestuosas alas en el blanco papel,
inhalo la tinta y el tiempo se detiene con cada letra enlazada.
Descanso en cada punto y con delicadeza despellejo mi piel.
En cada costura, libero la agonía de las palabras enjauladas. Jaula mental que impide que las palabras fluyan camino de un texto, igual que el río fluye camino del mar. Volverán las musas a mi escritorio, volverán a surgir palabras en mi mente,
una tras otra, como por arte de magia, casi de forma inconsciente
y volveré a hilvanar esas palabras formando un texto armónico. Igual que un compositor une notas musicales,
que aisladamente no transmiten nada,
pero que unidas de determinada forma, se convierten en una bella melodía.
Es el misterio de la creación literaria, musical, pictórica, etc.
Misterio insondable oculto en nuestro cerebro o quizás en nuestra alma.
¿ Escribimos con el cerebro? ¿ Escribimos con el alma?
¿Y el alma dónde habita? ¿ El alma habita en nuestro cerebro?
¿ El alma habita en nuestro corazón?. Sea la fuente que sea, cerebro o alma o quizás mitad y mitad,
algo maravilloso ha vuelto a pasar: El río (las palabras) ha vuelto
y ha desembocado armónicamente en el mar (un texto). Ay los poetas que se nos desgarra el corazón,
que escribimos con nuestra propia sangre los delirios
de nuestra alma colmada de tristeza. ¿Dónde está nuestra alegría? Solo nos queda nuestra única razón de ser:
vivir para que nuestros corazones sigan latiendo
a pesar de la desazón de nuestras desventuras. Solo nos queda la lechuza que emprende el vuelo con su hermoso plumaje
decorado de esperanza.
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