El poder y la corrupción siempre han ido de la mano, pero a veces, los políticos más astutos pueden pasar por alto la realidad de que sus acciones tendrán consecuencias. Esto es precisamente lo que le sucedió a un grupo de políticos corruptos en un pequeño pueblo, quienes pensaron que podrían salirse con la suya.
La mansión en la colina siempre había sido un lugar prohibido y siniestro en el pequeño pueblo de Arkham. Se decía que las paredes habían sido testigos de las más horrendas atrocidades cometidas por los políticos corruptos que la habían habitado en el pasado.
Pero pocos sabían la verdad detrás de sus muros. Un grupo de políticos ambiciosos y sin escrúpulos habían conspirado para obtener el control absoluto de la ciudad, sin importar las consecuencias. Había llegado a un acuerdo con fuerzas desconocidas, entidades oscuras que exigían un precio demasiado alto para satisfacer sus ambiciones.
Una noche, los políticos fueron invitados a la mansión para una cena secreta. Pronto se dieron cuenta de que algo estaba mal, pues la comida tenía un sabor extraño y las paredes parecían moverse. Entonces, las puertas y ventanas se cerraron, y las luces se apagaron, dejándolos en completa oscuridad.
De repente, un susurro comenzó a resonar en la habitación, como si fuera el viento hablando. Luego, una figura monstruosa, indescriptible, emergió de la oscuridad, con tentáculos retorcidos y una piel viscosa. Los políticos intentaron huir, pero sus cuerpos quedaron atrapados en la mansión que parecía ahora menos grande y más siniestra.
Entonces comenzó "el juicio"
La primera prueba consistía en atravesar un oscuro pasillo. El aire era frío y húmedo, y las paredes estaban cubiertas de una sustancia viscosa y pegajosa que parecía moverse. Cada paso que daban los políticos producía un sonido sordo y repugnante. En lo profundo del pasillo, una figura oscura los observaba con ojos amenazantes. A medida que avanzaban, el ambiente se volvía más y más denso, y las sombras comenzaban a cobrar vida, danzando a su alrededor con risas macabras.
La segunda prueba los llevó a un salón lleno de espejos. La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por la luz de la luna que se colaba por las cortinas polvorientas. Los espejos reflejaban sus rostros distorsionados, haciéndoles parecer monstruos, y llevándolos a atacarse entre ellos. Pero a medida que avanzaban, los reflejos comenzaron a cambiar, mostrando escenas de corrupción y engaño en sus vidas. Cada uno de ellos se vio a sí mismo cometiendo actos vergonzosos y repugnantes. Los espejos reflejan sus pecados más oscuros, y los políticos se sintieron atrapados en un remolino de culpa y desesperación.
La tercera prueba los llevó a un laberinto sin fin. Los pasillos eran estrechos y oscuros, y parecían moverse constantemente, cambiando de forma y dirección. La respiración de los políticos se volvía cada vez más difícil, y la sensación de claustrofobia los abrumaba. En lo profundo del laberinto, un monstruo aterrador los perseguía con ferocidad, persiguiéndolos incansablemente. Cada vez que creían estar cerca de la salida, el laberinto cambiaba, y la bestia estaba más cerca.
Finalmente, después de muchas horas de sufrimiento, los políticos llegaron a la última prueba. Allí se encontraron con el ser que los había llevado a través de su merecido tormento. Era una criatura monstruosa, con tentáculos retorcidos y ojos sin rostro. Su voz era un susurro sibilante, y su aliento olía a muerte. La criatura les dijo que habían sido juzgados y que fallaron miserablemente. Pero les ofreció una última oportunidad para redimirse, una oportunidad para cambiar sus caminos y dejar atrás la corrupción y el engaño.
Los políticos volvieron a la realidad con un sobresalto, temblando y sudando. La experiencia había sido mas que una simple pesadilla. Había sido una advertencia. Una advertencia de que sus acciones tendrán consecuencias, incluso después de su muerte. Se dieron cuenta de que no podían seguir viviendo como lo habían hecho hasta ahora, y que debían cambiar sus caminos antes de que fuera demasiado tarde. El cuarto oscuro había sido un recordatorio de que la corrupción siempre se descubre, la sala de espejos de que la verdad siempre sale a la luz, el laberinto de que las mentiras siempre son descubiertas, y la criatura, de que los pecados siempre son juzgados .
"Escuchad, políticos corruptos y malhechores. Soy el Juez de las Sombras, y estoy aquí para impartir justicia. Puede que penséis que han salido impunes, que han evadido la justicia de los hombres, pero nada se escapa de mi mirada. Yo juzgo a aquellos que actúan mal y que creen que pueden salirse con la suya.
Cada uno de vosotros ha sido juzgado y condenado por sus pecados. Vuestra arrogancia y vuestra avaricia os han llevado hasta aquí. Pero, escuchad bien mi advertencia: todo acto de corrupción será castigado. Cualquier intento de evadir la justicia será inútil.
Yo siempre estaré aquí, en las sombras, vigilando y esperando a aquellos que crean que pueden escapar de la justicia. Así que, pensad bien vuestros actos y vuestras decisiones, porque cuando llegue vuestro momento, no habrá escapatoria. La justicia siempre prevalecerá".
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