"Londres, 12 de enero de 2017
Querido "Samuel":
Sé que algún día dejare de ser tu remitente y que mis cartas tendrán otro dueño. Dejaré de enviarte postales anónimas y de colgar el teléfono cuando me digas hola. Este romanticismo se perderá en otros ojos miel y los míos con los parpados más caídos podrán dejar de mirarte sin que me veas cariño. Pero tengo miedo a que deje de ser tuya hasta que el sol no salga, hasta que la luna deje de menguar... hasta que el reloj y sus vicisitudes se postren en mi pelo... tengo miedo de que ese pronto no llegue y de que nunca dejes de ser el dueño de mis textos vespertinos, de seguir encontrándote cada noche en lo que sueño y sobre todo... tengo miedo de que ese tiempo para mi remoto y con ausencia de memoria sea tu tiempo ahora.
Cuídate mucho,
Vanessa.
Manizales, 17 de enero de 2017
Hola niña
Con el tiempo uno se va dando cuenta de que quienes menos le conocen son sus amigos, con el tiempo uno se entera de lo mucho que uno se aleja de sí mismo, con el tiempo uno se entera que queda muy poco tiempo, que este cada vez se acelera más, que los desatinos son lujos cada día más imperdonables, que la lejanía es una excusa barata para nuestra testarudez, no haberte ido realmente fue el problema inicial, la bola de nieve incendiaria, la piedra en el zapato que ya no me calza, la ternura de la soledad que ya está cansada de acompañarme que me exige que la libere, que me incita a la locura, que hace que me tiemblen las arrugas que se avecinan sin la compañía de la calidez de tu tacto, de querer que no me entiendas en ningún acto, y desactualices todo intento de huida para ir tras de ti. de invitación de casería consensuada, de trasnochos esperados que uno quiere que sean más largos, de sentires que tú ya conoces pero que pretendes no entender que prefieres que no estén, de acertijos que un niño medio tonto descifraría en un instante, cada vez somos peores fingiendo, cada vez, confío menos en lo vacuo de lo eterno, cada día soy peor mentiroso, y sé que tu presente alcanzaría para dos tres y más de cuatro vidas, mira no pretendas que me esperas, pero tampoco que no me buscas en tus amores caros y desilusionantes cada vez menos emocionantes, cada día más pensativa en lo que más detestas en el si hubiera sido… en el si no me hubiera ido… en romper la regla autoimpuesta del No, que ahora es tu carcelero y la llave está en algún rincón de este corazón que pretende no verte en cada cara por conocer, en cada maldito libro que ya no quiero leer, en cada estúpida canción cada vez más desconocida, que me recuerda la distancia que no ha querido ser recorrida, toda cuestión de números es fácil de ser hackeada solo es que dejes de contarle historias a la almohada.
Este fragmento fue una colaboración que realizó Nataly Beltrán con nuestro compañero Oscar Acosta, para la novela: "La Ciudad de los Maullidos", que está a punto de ser publicada, sí deseas leerlo completo, ponte en contacto con Oscar a través de su Twitter.
Preciosa carta. Un placer leer esta maravilla. Un abrazo a los dos.