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Grupo Philia - En la Soledad del Camino - Homenaje

Coordinadora Nuria de Espinosa

Participan @marguita_41 @Andres8342 @SPerizN50 @emilio428665565 @A_Jorge2013 y @misletrasnuria1


 

Homenaje al poeta Húngaro Dániel Berzsenyi que nació el 7 de mayo de 1776, escribía poesía sobre el equilibrio, el sentimentalismo y romanticismo.


En la Soledad del Camino

Mis versos pueden ser una utopía,

impresos sobre hojas de fieltro

que se reconcilian con el silencio,

igual que el poeta que espera

dudando lo esencial del tiempo

y encuentra un camino efimero

de aromas y sueños.


La luna puede ser sombra etérea,

como en las noches que dormito,

en medio de este huracán no sé

quién soy ni lo que siento y encuentro

un inquieto pretexto, donde

las palabras son un espejismo,

y mi soledad un camino eterno.



Ni en mi granja ni en la ciudad

hallo el rayo de luz

que alumbre un mejor destino.

En mi Hungría natal

debes estar tu,

pues salir de aquí no concibo.

Que vivas en el castillo de mi corazón

más grande que el de Buda,

vivamos amor a raudales

quitandonos la desazón

de una vida un poco cruda,

bañándonos en los manantiales.



La utopía de tus versos

me acercan a ti,

a tu piel bajo la fusión

con tus labios.


Tu querer veo en todas

tus miradas que antes

eran estrellas fugaces

sin ninguna explosión.


Esa caricatura que antes

nos envolvía de miradas

impasibles, ahora son

cómplices de nuestro

más sincero y amoroso sentir.



Travesía

Triste,

sueños oscuros,

caminos solitarios,

pasajes de melancolía

en una vida tibia.

Lucha feroz

y antagónica

contra la hipocresía.

Horacio

luz interminable

te abraza

con su poesía

y su lírica

abriendo

el pasillo insondable

de tu vena poética.



Una sombra emboscada

me persigue,

me acecha,

la negra melancolía

me ha sumido

en la penumbra,

mi corazón pétreo hoy

lleno de vida antaño,

las cicatrices amorosas

profundo socavón dejaron,

reina un silencio ruidoso,

despiadado, desgarrador.



Huí del campo, tras la locura de unas letras que creí mías.

Vino el amor, el triunfo, los chaqués y la ópera.

Pero no hay público dispuesto a leer tanta miseria.

Encuentran ruinas peores, y te echan al más absoluto olvido.

Volví a casa.

Porque soy carne de tierra,

sangre de arado, alma de árbol, trigo y sol.

Ahora mojo la pluma en lágrimas de mi propia ausencia.

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