Deseamos que disfruten este compendio de microfábulas:
-Cucú, cucú- cantaba la rana, feliz en su charca, afinando la voz. -¡Qué belleza, ranita! ¡Cuánto talento!- le dijo un humano. -Gracias. Mis hermanas también cantan bonito. -Pues yo soy representante de artistas. ¿Porqué no suben a mi pequeño escenario, así las escucho? Entusiasmadas con un futuro de fama y fortuna, olvidadas de todos los consejos en contra de los hombres, las ranitas saltaron a la sartén gigante, terminando sus vidas en la cena del timador. A veces, la vanidad es la perdición, ya que es una debilidad muy manipulable...
@NMarmor
@NocturnoGirasol
De nuevo muchas gracias por su participación en éstos retos, por ser los cómplices para éstas locas aventuras, y por compartir con nosotros su trabajo. un enorme placer
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