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Foto del escritorHombre de Hojalata

Lucas y Paola. El Inicio de una Historia. Cap. I Un paseo de otoño

Es un día cualquiera en primero de preescolar. Los pequeños de 3 años disfrutan de un paseo a recoger hojas de otoño.


La maestra de la clase, Sandra, junto a la asistente Lucía y una Madre que también los acompaña para ayudar a la Maestra en el paseo, llevan a los niños y niñas en fila, caminando hasta la plaza que se encuentra a unas escasas dos cuadras (doscientos metros) de distancia.


En los cruces peatonales, la fila la encabeza la Maestra Sandra quien, valiéndose de una cuerda, hace que cada niño y niña se aferre a ella y entre la Asistente Lucía y la Mamá María se aseguran que cada pequeño tome la cuerda y no se suelte de ella.


Por supuesto, el tránsito se detiene mientras, los conductores, con una gran sonrisa, observan pasar a los niños y, en ellos, se reflejan así mismos, siguiendo una tradición que lleva décadas repitiéndose.


El paseo de las niñas y niños con sus maestras a recoger hojas de otoño y aprender de la naturaleza.


Ya en la Plaza, se sueltan las manos, formándose tres grupos con los pequeños, unos con la Maestra, otro con la Asistenta y el tercero con la Mamá de Lucas.


Los niños se divierten, recogen hojas, corren, se tiran en el tobogán, pero siempre a la vista de las tutoras. Y si en algún momento alguno se aleja jugando, enseguida los llaman:


- Juan, ven, no te alejes de tus compañeros.

- Anita, acércate por favor a tus amiguitos.

- Luquitas, nene, no te vayas lejos por favor.


Claro, siempre al niño o niña que le toca estar en el grupo de la mamá, le toca alguna que otra broma infantil. 


- Dale Luquitas, hazle caso a tu mamá - dice Martin, el más vivaracho del grupo, entre risas sin malicia.

- Nene, nene, hazle caso a tu mamá - dice Alicia, siempre risueña.


- ¡Mamá! No me digas nene frente a mis amigos.


- Jajajaja - las risas nunca faltan. Pero en ese momento, llega Paola.


- Toma Lucas, está hoja aún se ve casi verde, te la regalo.

- G... Gracias Paola. Ten, yo te doy la que más me gusta a mí.

- Gracias - dice Paula y le da un abrazo a Lucas.


Sí, tal vez algunos chicos se rían o digan cosas cómo "Lucas y Paola se quieren, Lucas y Paola se quieren" a coro.


Pero, a los tres años de edad, las bromas son sencillas y todos son buenos amiguitos.


Y cuando toque de nuevo una salida, seguro será la mamá de otro niño o niña y la escena se repetirá, sin ninguna malicia.


Porque a ciertas edades, se perdona rápido y no hay lugar para los malos sentimientos. Esa es la enseñanza, la pureza única, que sólo nos pueden transmitir los más pequeños.


Fin.


Autor:

Santiago Pereira -"Hombre de Hojalata"

@SHojalata

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1 Comment


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Jul 22, 2020

Precioso, Santi!! 👏👏👏👏

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