Grupo Philia - La Prueba
- SocioEscritores
- 15 ene 2021
- 2 Min. de lectura
Coordinadora Nuria de Espinosa.
Participan, @marguita_41 @enora_d @emilio428665565 @SPerizN50 @Andres8342 @misletrasnuria1
Cuando entró en su habitación se tomó una larga ducha caliente. Se enjabonó una y otra vez. Se sentía sucia pero al final cerró el grifo dándose cuenta de que trataba de limpiar algo que estaba en su interior.
Para intentar limpiar su alma y espíritu, hizo algunas llamadas a sus compañeros de trabajo. A Buenos y regulares, para coger todos los puntos de vista y todos coincidieron de una forma u otra en un mismo detalle que hizo.
Era importante que hubiera coincidencia en el detalle que hizo para poder continuar con el saneamiento de su alma y espíritu.
Ella tenía una gran carga sobre su conciencia, sobre algo que hizo en su trabajo hace poco tiempo y que de forma indirecta causó graves perjuicios a terceras personas ajenas a la empresa. Y tomó una decisión, no ocultarlo más tiempo y contarle todo a su jefe.
Don Marcos Marín, la invitó a sentarse. Ella respiró y depositó encima de la mesa las fotografías que involucraban a su superior en la venta ilegal de vehículos de importación.
Un gran cazador de comisiones que abusaba de la confianza del jefe y que la amenazó cuando lo descubrió.
Don Marcos sonrió.
—Siéntate, María. Creí que no tardarías tanto en contarmelo.—El hombre fue a la puerta y hizo pasar a alguien. María no daba crédito, era el hombre que la chantajeaba.
—Te presento a Luis. Es un colaborador de la empresa hace años.—Pasad todos, —dijo— uno a uno, entraron los cinco compañeros de la oficina, todos sonriendo.
—María, ésto ha sido una prueba de fidelidad. Tus compañeros ya pasaron por ella. Necesito gente leal a mi lado. Bienvenida.
María cogió un bolígrafo y una libreta de encima de la mesa del despacho. Escribió algo.
—¡María! ¿Qué escribes, tú sueldo?Mencionó en tono guasón.
—Firmo mi renuncia—dijo, levantándose—No trabajo con psicópatas.
Maria, marchó a su casa decepcionada, sintiéndose incluso un poco ridícula. Pensó que eran todos unos cínicos pero no estaba dispuesta a trabajar con gente así. Se preparó unos huevos revueltos y se sirvió una copa de vino tinto. Cogió la bandeja con su cena y se sentó en el salón. Miró el diario, la tentó pero se dijo que no tenia prisa por buscar trabajo. La próxima vez sabría escoger mejor.
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